"Es un juego efímero: el recelo delante del espejo de no reconocer el reflejo de nuestra própia imagen. Un diálogo intangible, silencioso del que no queda rastro alguno.

El horror y la seducción de ser visto por "el otro" y de una manera consciente, frente al ojo mecánico de mirada penetrante, dejarse transportar, con un movimiento infinitesimal, mas allá del tiempo de nuestra existencia.

Estos retratos son la existencia de ese instante.

El deseo de acoger y conservar presencias destinadas a desaparecer.

"Paisajes de dimensiones inciertas dónde descubrir otros ojos como espejos...o como ventanas."

Carles Roig